Donald Trump, elegido presidente de los Estados Unidos, tomó su decisión el día de Navidad de nombrar a Kevin Marino Cabrera como embajador en Panamá. Este nombre viene en medio de una creciente fricción entre los dos países, especialmente con el canal de Panamá, que es un punto estratégico clave para el comercio internacional.
Trump, conocido por su retórica abrumadora, dijo que Panamá «trampa» por los Estados Unidos con tasas de interés utilizadas para usar el canal. En una declaración publicada el miércoles, el presidente electo declaró que Cabrera está tomando un papel decisivo en este contexto, donde la gestión de Sea Road se ha convertido en un debate central.
El canal de Panamá, el Océano Atlántico y los océanos silenciosos son un trabajo de ingeniería histórica, la razón de las tensiones entre las dos naciones. Trump sugirió públicamente que Estados Unidos considere la restauración del control sobre la carretera, argumentando que Panamá está cobrando «precios excesivos» por los barcos estadounidenses. Sin embargo, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, respondió con firmeza, asegurando que tanto el canal como su zona vecina permanezcan bajo la soberanía de Panamá.
Kevin Marino Cabrera, quien ahora será reforzado por el Senado estadounidense, enfrentará un paisaje político y diplomático desafiante si finalmente toma el puesto.
Cabrera, el pueblo indígena de Miami en Florida, hijo de inmigrantes cubanos, y tiene un curso que combina experiencias políticas y comunitarias. Actualmente, es comisionado del condado de Miami-Dade, un representante del Distrito 6, que incluye áreas como Miami, Hialeah, Coral Gables y otras ciudades del sur de Florida. Desde su posición, ha dirigido proyectos en iniciativas ambientales centradas en el comercio internacional, la seguridad comunitaria y el desarrollo económico y el Golfo de Biscayne.
Además de su trabajo en el gobierno local, Cabrera tiene una historia sobresaliente en la política nacional. En 2020 fue el director estatal de la campaña de reelección de Donald Trump y jugó un papel clave en el Comité Nacional Republicano. Su experiencia también se desempeña como director del diputado del Congreso Americano y también como supervisor de iniciativas políticas en varios niveles gubernamentales.
El nombramiento de Cabrera no solo refleja la confianza de Trump en poder lidiar con las relaciones diplomáticas, sino también la importancia estratégica de que la administración republicana nombra a Panamá y el canal de Panamá. Este último fue el interés histórico de los Estados Unidos, desde su construcción a principios del siglo XX hasta la transferencia final del control panameño en 1999.
Cabrera es responsable de equilibrar los intereses de los Estados Unidos con la sensibilidad de Panamá, que no será fácil, dadas las declaraciones recientes de Trump sobre regresar a la gerencia estadounidense del canal.
El nombre también enfatiza la estrategia de Trump para rodearse de figuras que comparten su visión política y se centran en América Latina. Cabrera, así como Marco Rubio, quien ha sido elegido por el presidente para ser el próximo secretario de Estado, se ocupa de las raíces cubanas y los problemas de la región.
Mientras tanto, el gobierno de Panamá ocupó una posición firme contra las declaraciones de Trump. La administración de José Raúl Mulino reiteró que el canal de Panamá es un símbolo de la soberanía nacional y el motor económico clave del país. Mulino enfatizó que todos los intentos de intervención en la gestión de alcantarillado eran respetuosos y respetados respetos por la administración Panamán garantizados por los acuerdos internacionales.
Para Kevin Marino Cabrera, el desafío radica no solo en el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Panamá, sino también en el tratamiento de las expectativas de un presidente que ha demostrado cuestionar acuerdos históricos y posiciones aburridas en la escena internacional.
El Senado estadounidense tendrá la última palabra para confirmar al embajador Cabrera. Si se aprueba, su papel será crucial en un momento en que las relaciones entre los dos países se caracterizan por tensiones comerciales y políticas. No hay duda de que el futuro de este nombre se sigue de cerca en Washington y la ciudad de Panamá, mientras que el mundo observa que se crean los siguientes capítulos de esta compleja relación diplomática.